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Gestionando la Inteligencia Emocional II

El pasado mes de diciembre publique un post donde os empecé a hablar del modelo de capacidad de inteligencia emocional desarrollado por Jack Mayer y Peter Salovey (1997).

Este modelo  considera que la IE se conceptualiza a través de cuatro habilidades básicas, que son:

  • Identificar: ¿Cómo nos sentimos? ¿Cómo se sienten?
  • Usar: ¿Cómo nos gustaría sentirnos? ¿Cómo les gustaría sentirse?
  • Entender ¿Por qué nos sentimos así? ¿Por qué se sienten así?
  • Manejar: ¿Qué soy capaz de hacer? ¿Qué somos capaces de hacer?

En aquel momento me centré exclusivamente en el Identificar y en el Usar http://www.soloconsultores.com/gestionando-la-inteligencia-emocional/

En este post me voy a centrar en el Entender y el Manejar que configuran la Inteligencia emocional estratégica y se centra en la Empatía cognitiva.

Entender las Emociones se centra, básicamente, en comprender las causas subyacentes a esas emociones. Es la habilidad más cognitiva (relacionada con el pensamiento) de las cuatro habilidades que describe el modelo. En definitiva, ¿de dónde proceden las emociones? Es en este momento cuando necesitamos, de nuevo, dominar el vocabulario emocional.

La misma situación es vivida por diferentes personas de manera completamente diferente. Aunque muchos estudios determinan que, los seres humanos viven las emociones básicas de forma universal. Es decir, ante un mismo impacto, la valoración genera la misma emoción.

Pero ¿cuáles son las emociones básicas? En el cuadro que muestro a continuación os enumero algunas de las teorías sobre las emociones básicas.
emociones básicas

¿Por qué es importante comprender entonces las emociones? Pues porque transmiten un significado. Así de sencillo. Comprender las emociones nos informa sobre la forma de ser de las personas. También si comprendemos cómo afecta emocionalmente un hecho a diferentes personas podremos mejorar nuestra comunicación del hecho ya que podremos predecir, con cierta precisión, cómo se sentirá una persona al comunicarle el mismo hecho.

Manejar las emociones nos permite incorporar nuestros fenómenos afectivos (emoción, sentimiento y estado de ánimo) al pensamiento.  Hemos de comprender que las emociones no son neutras y afectan o pueden afectar en la capacidad de atención, la capacidad de retención, la toma de decisiones, la calidad de las relaciones y la salud y el bienestar físico.

Poder manejar tanto las emociones propias como la de los demás nos hace personas  competentes en cuanto al desarrollo de inteligencia emocional se refiere.

Manejar no significa no sentir o no actuar emocionalmente, significa  que nuestras emociones están integradas en nuestra manera de actuar, en nuestra conducta. Por lo tanto, el primer paso que hemos de dar al manejar las emociones es ser consciente de ellas y aceptarlas: ¿Cómo me siento?, ¿Qué intensidad tiene este sentimiento?, ¿Cómo está influyendo este sentimiento en mi pensamiento?, ¿Contacto con esta emoción a menudo?… Estas son algunas de las preguntas que nos pueden ayudar a procesar las emociones.

Así pues, manejar adecuadamente las emociones significa que nuestra conducta está teniendo en cuenta tanto la emoción como nuestro pensamiento. Aumentaremos la posibilidad de que nuestras decisiones sean más eficaces.

Resumiendo:

  • Para Entender las emociones, hemos de examinar las causas de los sentimientos y qué puede suceder en el futuro y pensar las razones de la aparición de esos sentimientos y cómo pueden cambiar si se producen varios sucesos.
  • Para manejar las situaciones no debemos minimizar los sentimientos ni tampoco exagerarlos. Para ello debemos influir información lógica y racional con datos emocionales para tomar una decisión óptima.

Para finalizar, quiero acabar este post con un poema atribuido a Madre Teresa de Calcuta:

HOY SERÉ DUEÑO DE MIS EMOCIONES

Si me siento deprimido, cantaré
Si me siento triste, reiré
Si me siento enfermo, redoblare mi trabajo
Si siento miedo, me lanzare adelante
Si me siento inferior, vestiré ropas nuevas
Si me siento inseguro, levantaré mi voz
Si siento pobreza, pensaré en la riqueza futura
Si me siento incompetente, recordaré mis éxitos del pasado
Si me siento insignificante, recordaré mis metas
Hoy seré dueño de mis emociones
Si se apodera de mí la confianza excesiva, recordaré mis fracasos
Si me siento inclinado a entregarme con exceso a la buena vida, recordaré hambres pasadas
Si siento complacencia, recordaré a mis competidores
Si disfruto de momentos de grandeza, recordaré momentos de vergüenza
Si me siento todopoderoso, procuraré detener el viento
Si alcanzo grandes riquezas, recordaré una boca hambrienta
Si me siento orgulloso en exceso, recordaré un momento de debilidad
Si pienso que mi habilidad no tiene igual, contemplaré las estrellas
Hoy seré dueño de mis emociones

 

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