La semana pasada, un Director de área compartió que su hija le preguntó sobre su trabajo, a lo que respondió: «principalmente me dedico a relacionarme con otras personas». Este comentario refleja que gran parte de nuestras actividades profesionales y personales giran en torno a la interacción con otras personas y las conversaciones que tenemos con ellas. Las organizaciones son redes de relaciones y conversaciones.
En este contexto, la calidad de nuestras relaciones depende en gran medida de nuestra capacidad para escuchar. La escucha va más allá de simplemente oír; implica comprender genuinamente al otro. Es un acto consciente y voluntario que nos permite conectar verdaderamente con quienes nos rodean.
Sin embargo, para escuchar mejor a lo demás, debemos aprender a escucharnos a nosotros mismos. Practicar la escucha interior. ¿Alguna vez te has sorprendido hablando contigo mismo en silencio? Este diálogo interno es fundamental para la cognición humana y juega un papel crucial en la toma de decisiones y la regulación emocional.
La escucha interna nos proporciona valiosa información sobre nuestras emociones, pensamientos y necesidades.
- La escucha de lo que nos decimos: el lenguaje que utilizamos, el tono que empleamos, las historias que nos contamos, los modelos mentales con los que funcionamos. Al prestar atención a esta dimensión, podemos identificar prejuicios sobre los demás o sobre nosotros mismos, lo que a su vez nos impide escuchar nuestras necesidades y comprender a los demás de manera efectiva.
- La escucha de las sensaciones corporales: las posturas que adoptamos, los movimientos que realizamos, dónde aparecen las tensiones. Estar atentos a estas señales físicas nos ayuda a comprender mejor cómo nos afectan nuestras interacciones y cómo podemos adaptarnos para mejorarlas.
- La escucha emocional: cómo nos sentimos, cuál es nuestro estado de ánimo, qué emociones nos provoca una situación. Esta dimensión nos brinda información valiosa sobre nuestras necesidades y deseos subyacentes, así como sobre nuestras reacciones emocionales ante diversas circunstancias
Al prestar atención a nuestras autoconversaciones, sensaciones corporales y estados de ánimo, podemos tomar decisiones más conscientes y alineadas con nuestros valores y objetivos personales.
Además, en el ámbito empresarial, la práctica de la escucha interior puede tener impactos significativos:
- Aplicación en el entorno laboral: La escucha interior puede mejorar el rendimiento laboral, la toma de decisiones y la resolución de conflictos dentro de una organización. Una mayor autoconciencia puede mejorar la comunicación y la colaboración entre equipos.
- Liderazgo consciente: Practicar la escucha interior ayuda a desarrollar el liderazgo. Lo que ayuda a tomar decisiones más efectivas, gestionar el estrés y cultivar relaciones más sólidas con los equipos.
Por lo tanto, cultivar la escucha interior no solo nos ayuda a entendernos mejor a nosotros mismos, sino que también mejora nuestras relaciones con los demás y contribuye a un entorno laboral y personal más saludable y productivo.
«El arte de saber escuchar» Francesc Torralba