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La base del liderazgo

La base del Liderazgo: La Autoconciencia

El pasado 1 de junio tuvo lugar el primer Co-laboratorio organizado por Solorelatio (SR). Un grupo de directores, muchos de ellos del área de Personas, junto al equipo de SR nos reunimos para abordar los desafíos actuales que teníamos en nuestro rol. Con cierta sorpresa para nosotrxs, el “Liderazgo” fue uno de los temas más votados como desafío y, en concreto el Autoliderazgo.

Es decir, en los tiempos que vivimos, el liderazgo “antiguo” o “clásico” ya no tiene cabida, y el nuevo liderazgo ha de nacer, necesariamente, de la autoconciencia.

Tomando este punto de partida, y poniendo el énfasis que el modelo de Liderazgo Total que proponemos en Solorelatio consta de 4 dimensiones: leer el entorno / comprender su negocio / gestionar a sus equipos, y, como acabamos de decir, conocerse a sí mismos.

Este artículo explica las diferentes dimensiones a considerar para desarrollar la autoconciencia:

Las dimensiones de la autoconciencia

Si bien estas dimensiones son intrínsecas al liderazgo tal como lo entendemos, no podemos construir una casa empezando por el tejado, y la base está en el Autoliderazgo. Sin autoconciencia no es posible el liderazgo de uno mismo.

La autoconciencia engloba 5 aspectos:

El primero es la Conciencia emocional. La conciencia emocional implica identificar las emociones que sentimos, legitimarlas, expresarlas y manejarlas. Como líderes necesitamos saber escuchar las emociones que sentimos y reconocerlas en nuestro cuerpo, en nuestra respiración. Porque las emociones tienen una fisiología, una expresión facial y un patrón respiratorio, y sabiendo identificar todo ello, podremos transformarlo para vivir “con paz” las diferentes emociones que experimentamos. 

Un Líder Total es una persona inteligente emocionalmente. Nuestras emociones nos acompañan siempre y determinan nuestras acciones, pero si no tenemos una alta autoconciencia raramente nos daremos cuenta de ello. Es necesario aprender a parar, escucharnos para reconocer cómo estoy, y entender que si una correcta gestión emocional nos ayudará en todo, una gestión inadecuada afectará a lxs demás y a nosotrxs mismxs.

Y es que la segunda dimensión de la autoconciencia es la conciencia del efecto que causa nuestro comportamiento (verbal y actitudinal) en las otras personas. Somos seres relacionales. Nuestras emociones nos acompañan siempre y determinan nuestras acciones, como acabamos de ver. Pero entre la emoción y la acción están los pensamientos, los juicios que hacemos sobre las cosas, nuestras creencias y también nuestros valores,  pilares fundamentales que guían nuestras decisiones. Esta es la tercera dimensión, la conciencia de las “experiencias mentales”

En realidad, la emoción es una respuesta instintiva que nos permite adaptarnos al medio. Cuando realmente podemos trabajar sobre ellas es desde la conciencia de saber lo que sentimos, y desde la observación de nuestro diálogo interno. Parafraseando a V. Frankl,  podemos darnos cuenta de que en esas fracciones de segundos tenemos grados de libertad que nos permiten elegir.

En este nivel el líder aprende a escuchar su diálogo interno y a identificar sus creencias. Muchas de ellas son inconscientes y condicionan completamente nuestra vida. Si son posibilitadoras, ¡adelante!, pero si son creencias inconscientes y limitantes, sólo un trabajo personal puede ayudarnos a llevarlas a la conciencia para poder reformularlas. Nosotros hablamos del “Flujo de la acción” para referirnos a este proceso que se da constantemente y que es la capacidad de responder emocionalmente a un impacto, tomar conciencia de esta respuesta emocional, revisar el Diálogo interno que se nos desata, rectificarlo si es necesario, y decidir la acción a emprender.

La autoconciencia desarrolla también, como cuarta dimensión, el saber hacer una adecuada autovaloración de unx mismx. Cuando poseemos esta competencia somos conscientes de nuestros puntos fuertes y nuestras debilidades, reflexionamos y somos capaces de aprender de la experiencia. Y podemos mostrarnos vulnerables.

También es consustancial al autoconocimiento la Confianza en unx mismx (autoconfianza). Entendemos la autoconfianza como un fuerte sentido de seguridad en la valoración que hacemos sobre nosotrxs mismxs y sobre nuestras capacidades. Con ella podremos afrontar las dificultades que se nos presentan y asumir cualquier reto que aparezca en nuestras vidas. Además, cuando tenemos una alta confianza nos mostramos confiables ante los demás. Un Líder Total ha de ser merecedor de la confianza de las personas que le toman como referente.

Por último, un Líder Total ha de ser consciente de sí mismo en un contexto determinado para adaptar su comportamiento a las circunstancias cuando así se requiera.

Como decía Viktor Frankl, en muchas ocasiones no podemos elegir las circunstancias que nos rodean, pero siempre podemos elegir la actitud con la que queremos vivirlas. Ésa es nuestra última libertad. Una libertad que se consigue adentrándonos en el camino de la Autoconciencia para ejercer un verdadero Liderazgo Total.

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