Sobre trayectorias profesionales, cambios de rumbo y el valor de probar
En mi trabajo como consultora, tengo el privilegio de conversar con profesionales de sectores muy diversos, con historias de vida y trayectorias que rara vez siguen una línea recta. Y hay algo que se repite más de lo que imaginamos: muchas personas no están hoy donde pensaron que estarían cuando comenzaron su camino profesional.
Yo misma soy un ejemplo de eso. Empecé estudiando Interiorismo, convencida de que ese era mi lugar. Pero la vida —con sus preguntas, sus giros inesperados y sus aprendizajes— me llevó a licenciarme en Psicología Organizacional y a dedicarme al desarrollo de personas y equipos. No fue un trayecto lineal, pero sí profundamente significativo.
Lo mismo escucho una y otra vez en sesiones, talleres y conversaciones informales: decisiones que parecían errores, cambios de rumbo que generaban incertidumbre, caminos que se abandonaron… y que, con el tiempo, se revelaron como pasos necesarios para llegar a donde realmente tenía sentido estar.
Y, sin embargo, muchos jóvenes hoy sienten que si no “aciertan” desde el principio, están fracasando. Que cambiar de opinión es sinónimo de debilidad. Que equivocarse es perder el tiempo.
Pero los datos cuentan otra historia:
Explorar también es construir

1Estos números no hablan de fracaso. Hablan de búsqueda. De una generación que se mueve, que prueba, que se permite ajustar el rumbo cuando algo no encaja.
Y esto es clave: probar no es perder el tiempo. Es aprender. Es conocerse. Es construir desde la experiencia, incluso cuando esa experiencia no lleva a donde esperábamos.

En el mundo laboral, las empresas no buscamos personas que lo sepan todo desde el inicio. Buscamos curiosidad, capacidad de adaptación, ganas de aprender. Y esas cualidades no se enseñan en un manual: se desarrollan viviendo, equivocándose, tomando decisiones, volviendo a empezar.
Conocerse es avanzar
En el fondo, cada decisión, cada cambio, cada aparente “error” es una oportunidad para conocerse mejor. Para descubrir qué nos mueve, qué nos frustra, qué nos entusiasma. Y ese conocimiento interno es una brújula poderosa: nos ayuda a tomar decisiones más alineadas, a construir una carrera con sentido, a elegir desde la autenticidad.
El desarrollo profesional no puede separarse del desarrollo personal. Porque no somos solo lo que estudiamos o el puesto que ocupamos. Somos también nuestras preguntas, nuestros valores, nuestras pasiones, nuestras dudas. Y cuanto más nos conocemos, más capaces somos de construir un camino propio, flexible, vivo.
Y también es momento de que las empresas escuchen
Si queremos construir entornos laborales más humanos, sostenibles y alineados con los desafíos del presente, necesitamos que las organizaciones también evolucionen en su mirada.
Cambiar de rumbo no es sinónimo de inestabilidad. Es una señal de conciencia, de búsqueda, de responsabilidad personal. Los jóvenes que exploran no son “veletas” sin dirección: son personas que se están conociendo, que quieren construir una carrera con sentido, que no se conforman con lo que no les resuena.
Y eso, lejos de ser una debilidad, es una fortaleza.
Las empresas que entienden esto, que acompañan los procesos de desarrollo personal y profesional, que valoran la curiosidad y la capacidad de adaptación, son las que logran atraer y retener talento con propósito.
Porque cuando una persona se siente vista y comprendida en su momento vital, florece.
Y cuando una organización se abre a esa diversidad de trayectorias, crece.
Así que si estás en un momento de duda, si sientes que te equivocaste, si estás pensando en cambiar de rumbo… recuerda esto:
Equivocarse no es fracasar. Es crecer.
Y cada paso, incluso los que parecen desviaciones, puede acercarte un poco más a lo auténtico, a lo propio, a lo posible.
- EuropaPress: Encuesta de Población Activa ‘Módulo sobre jóvenes en el mercado laboral. Año 2024’, publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
INE: Datos sobre abandono educativo y contratos temporales
RTVE: Los jóvenes españoles cambiarían de empleo cada tres o cuatro años
Randstad Research: Informe sobre rotación laboral en España
↩︎