4 claves de inteligencia emocional para gestionar esos días sin motivo
A veces te despiertas y… sin saber por qué… el día empieza raro. No es gris, ni negro… es simplemente marrón.
Como dice Luz Casal en su canción “Un día marrón” (1987):
«Un día tonto… sin una razón».
Y de alguna manera… lo resume todo.

Son esos días en los que parece que todo molesta. Las horas avanzan y, sin motivo aparente, el día se va espesando:
- Cualquier comentario te irrita.
- Una simple nube en el cielo te parece más gris de lo que es.
- Cualquier llamada te sobra.
¿Qué hacer en un día así?
Podríamos intentar ignorarlo o decirnos aquello de: «Venga… que no es para tanto».
Pero lo cierto es que los días marrones también tienen algo que contarnos. Y aquí es donde entra en juego la inteligencia emocional.
Aquí te comparto 4 pasos sencillos y muy prácticos para gestionar un día emocionalmente difícil:
1. Identificar: ponle nombre a lo que sientes
Lo primero: reconocer qué te pasa.
¿Es tristeza? ¿Irritación? ¿Cansancio? ¿Frustración? ¿Todo a la vez?
Ponerle palabras ayuda a poner orden en medio del caos emocional. No es magia… pero es el primer paso para poder gestionarlo.
2. Legitimar: date permiso para sentir
Después viene algo igual de importante: permitirte sentir lo que estás sintiendo.
No hace falta disfrazarlo, ni minimizarlo, ni decirte que no tienes derecho a estar así.
Un mal día no te hace menos fuerte, ni menos capaz, ni menos profesional. Es solo eso: un día difícil. Y está bien reconocerlo.
3. Expresar: busca una vía para soltar lo que llevas dentro
Hablar con alguien, salir a caminar… o simplemente escuchar música para conectar contigo misma.
La música tiene esa capacidad casi mágica de tocar nuestras emociones más profundas.
Según el profesor Rafael Bisquerra, escuchar música puede provocar lo que él llama una “emoción estética”: una emoción que no nace de lo que nos pasa en la vida real, sino de lo que nos despierta una melodía, una letra o una interpretación.
En mi caso, la música me permite expresar con más autenticidad lo que siento:
- Desde la tristeza… llorando sin freno.
- Hasta el gozo… bailando sin pensar en nada más.
A veces, una canción dice justo lo que no sé decir con palabras. Y solo eso… ya alivia.
4. Manejar: da un pequeño paso para sentirte mejor
Una vez que has identificado, legitimado y expresado lo que sientes… toca preguntarte:
¿Qué puedo hacer ahora para estar un poco mejor?
No hace falta transformar el día en maravilloso. Solo dar un pequeño paso.
Respirar hondo, salir a caminar, poner música, llamar a alguien… o simplemente escribir.
Sí, escribir.
A veces, poner en papel (o en una nota del móvil) lo que sentimos, lo que nos molesta o lo que nos duele… nos ayuda a verlo desde fuera, a ordenar el pensamiento y a desinflar ese nudo emocional que llevamos dentro.
No hace falta escribir bonito ni correcto. Solo escribir. Como salga. Como venga.
Porque al final…
Los días marrones también pasan.
Y a veces, cuando menos lo esperas… sale un rayo de luz.
Hablé de esto último en mi post «Esto también pasará»
¿Y tú… cómo gestionas tus días marrones?
Si quieres, cuéntamelo en comentarios. Me encantará leerte.