Los directivos de Google encargaron un estudio, el Proyecto Aristóteles, con el objetivo de conocer cuál era el secreto de los equipos eficientes. Entrevistaron a cientos de profesionales y a más de 100 equipos de trabajo y el estudio demostró que era errónea las hipótesis que tenían de que construir los mejores equipos implica combinar a los mejores profesionales.
Llegaron a la conclusión de que quién formaba parte del equipo importaba menos que la forma en que los miembros del equipo interactuaban entre ellos, estructuraban su trabajo e interpretaban sus contribuciones. Los investigadores descubrieron que existían cinco elementos clave:
- SEGURIDAD PSICOLÓGICA: Los miembros del equipo se sienten seguros para correr riesgos y ser vulnerables frente a otros.
- CONFIANZA: Los miembros del equipo hacen las cosas a tiempo y cumplen con el alto estándar de excelencia de la empresa
- ESTRUCTURA Y CLARIDAD: Los miembros del equipo tienen los roles, metas y planes de ejecución claros
- SIGNIFICADO DEL TRABAJO: El trabajo que realizan es importante a nivel individual para ellos
- IMPACTO DEL TRABAJO: Los miembros del equipo piensan que su trabajo es importante y genera cambios
De los 5 elementos que se identificaron la seguridad psicológica fue el más importante y el que tiene más peso. Amy Edmonton, profesora en Harvard Business School, también lo estudió en organizaciones sanitarias. La define como “Este concepto se basa en la percepción de un individuo de que un equipo es seguro para asumir riesgos sin ser visto como ignorante, incompetente, negativo o molesto”.
La realidad es que el miedo prevalece en muchos entornos laborales. Las personas son reacias a compartir preocupaciones, ideas, preguntas o errores porque les preocupa lo que los demás puedan pensar de ellos, especialmente lo que el jefe pueda pensar de ellos. Y eso obstaculiza el aprendizaje.
Para que un equipo pueda manejar la incertidumbre imperante en las organizaciones y responder a las necesidades de la interdependencia necesita de un entorno que seguro en el que pueda probar, cuestionar y aprender. Y el aprendizaje no se da si hay miedo.
Por eso, una de las tareas más importantes de los directivos, en todos los niveles, es crear un clima de seguridad psicológica que promueva el aprendizaje.
¿Cómo generar seguridad psicológica?
- Reconoce el contexto: Reconoce que hay una gran incertidumbre e interdependencia y las dos cosas juntas hace que no sepamos lo que va a pasar.
- Pon límites. Es muy difícil para alguien sentirse psicológicamente seguro si no sabe dónde están los límites. Tienen que saber y sentirse cómodos y seguros de que hay algunos comportamientos que están fuera de los límites. Tiene que quedar claro qué es y qué no es aceptable en este lugar de trabajo para que yo pueda sentirme cómodo experimentando y probando cosas nuevas dentro de esos límites.
- Está presente. Los líderes tienen que hacer lo posible para que su equipo sepa que puede acudir a ellos con ideas, preguntas, inquietudes y sí, incluso con errores. Qué van a estar cuándo los necesiten.
- Muestra tu falibilidad. Haz saber al equipo que puedes fallar, que puedes cometer errores. Todos lo hacemos. Eso significa decir cosas como “Quizás me pierda algo. Necesito saber de más”. «No soy un experto en X. Cuéntame tu opinión». Estos comportamientos muy simples pero muy poderosos permiten que otras personas sepan que estás abierto y crean una cultura de seguridad psicológica.
- Hazlos participes. Hay que involucrar proactivamente a las personas para crear seguridad psicológica. Llámalos por su nombre. Hazles preguntas. Muestra interés genuino por sus ideas. hazles saber de innumerables maneras que los escuchas y que todos estamos interesados en aprender de sus experiencias y crear juntos una organización de aprendizaje.
- Mira a la persona completa: La seguridad psicológica también está relacionada con las conversaciones emocionales. Para estar completamente presente en el trabajo y sentirse psicológicamente segurx tenemos que sentir que, si es necesario, somos libres para compartir aquello que nos preocupa, aunque vaya más allá de la tarea o el proyecto.
Es un reto y una obligación para todo directivo crear un espacio psicológicamente seguro para su equipo. Y para ello tendrás que desplegar tus habilidades para crear espacios donde compartir experiencias y mostrar la vulnerabilidad. Donde mantener conversaciones difíciles pero enriquecedoras y también para pedir resultados y responsabilidad.
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