De las (mal) llamadas “habilidades blandas” (mal llamadas “blandas” porque requieren mucha fortaleza interna), la RESILIENCIA es una de las que más cuesta definir.
Utilizamos el concepto a veces de forma intuitiva, y nos enorgullecemos de ser o haber sido muy resilientes.
Y efectivamente, este post tiene como objetivo que nos reconozcamos y pongamos en valor nuestra GRAN CAPACIDAD DE RESILIENCIA!
Llevamos casi dos años de pandemia, y las “olas” nos siguen cayendo una encima de otra, sin piedad.
Dos años de aceptar vivir confinados, aceptar las mascarillas, aceptar las vacunas, aceptar las restricciones, aceptar, aceptar y aceptar!!
Dos años de llorar pérdidas (de personas queridas, de formas de trabajo, de una vida libre, de poder viajar sin miedo…).
Dos años de mantener la esperanza y agarrarnos al optimismo. Dos años de confiar en que esto, antes o después se acabará. Dos años de dejarnos la vida para salvar otras vidas y otros estados de ánimo…
Y dos años de demostrar que nuestra capacidad de adaptación es inmensa, de demostrarnos que hemos innovado en nuestra forma de trabajar, que nos hemos reinventado, que hemos optimizado procesos que se quedarán entre nosotros ya para siempre, de demostrarnos que había otras formas de hacer las cosas… Y de seguir siendo lo que en esencia somos, tanto las personas como las organizaciones. Si algo ha cambiado, en todo caso, es que hemos ampliado nuestro campo de valor. Ahora hacemos más que antes, y nuestra identidad ha evolucionado permitiéndonos SER más que antes.
Si alguien duda todavía de qué es la resiliencia, la resiliencia es lo que estamos demostrando desde hace casi dos años… Que a pesar del desánimo, de los momentos bajos, de las dudas y del dolor… no habrá pandemia que pueda con nosotros, y que la vida se abre siempre paso, las organizaciones resurgen y las personas nos reorganizamos para seguir cuidando de la mejor manera aquello que es esencial para nosotros, tras haberlo priorizado como no lo hacíamos antes.
Ahora sabemos LO QUE TENEMOS, LO QUE SOMOS y LAS HABILIDADES QUE DEMOSTRAMOS * (algunas, todo un descubrimiento!) y todo ello nos permite encarar el futuro, deseosos de volver a vivir en un mundo libre del miedo al contagio, pero convencidos de que, de cualquier manera, somos capaces de resurgir como el Ave Fénix.
Y es que eso es la Resiliencia: la capacidad de recuperarnos y superar las circunstancias traumáticas.
¿Creéis que necesitamos demostrar algo más? ¡En absoluto!
Sólo felicitarnos por SER TAN Y TAN RESILIENTES! Feliz 2022!!!
* Ver Modelo de E. Grotberg.