Dentro de una organización, la confianza abre posibilidades, regula relaciones y reduce la incertidumbre percibida del entorno. No es posible que exista un sistema social en el que ésta no esté presente. La confianza y la falta de confianza nos hablan de la manera cómo encaramos el futuro en función de los eventuales peligros que éste nos pueda deparar.
La libertad facilita la creatividad, la innovación y el necesario margen para que los individuos puedan manifestar sus ideas y recursos sin la presión y rigidez del control. La libertad es el vehículo sobre el que encarrilar la participación de los colaboradores en el proyecto de la organización.
La confianza y la libertad permiten la conservación y la adaptación de la organización. Son dos valores a desarrollar como base de la cultura organizacional para crear sistemas enfocados en un propósito y con capacidad de sobrevivir al entorno.