12 Lecciones de una modista de alta costura
Mi madre dedicó toda su vida al arte de la alta costura. Trabajaba en una prestigiosa boutique en el Paseo de Gracia de Barcelona, “Casa Carlos”, donde diseñaba, trazaba patrones, cortaba, confeccionaba, probaba y ajustaba vestidos, trajes chaqueta, etc para las damas de la alta sociedad barcelonesa. Muchos días, al salir del colegio o durante las vacaciones, la acompañaba a ese espacio de suelos alfombrados y paredes revestidas de papel estampado. Observaba con fascinación cómo trabajaba, sin imaginar que aquellos momentos marcarían profundamente mi estilo y comprensión como Coach y terapeuta.
De sus manos, sus palabras y su pasión por cada detalle aprendí lecciones que hoy inspiran mi forma de acompañar a las personas en sus procesos de transformación.
Lección 1. El arte de resaltar la esencia personal
Mi madre solía decir: “Lo primero al conocer a una nueva clienta es descubrir aquello que la hace única, lo que resalta su belleza. Tal vez sea el color de sus ojos, la elegancia de sus hombros, la delicadeza de sus tobillos o incluso una diminuta peca en su escote”.
Coaching:
En un proceso de coaching, lo primero es detenerse para identificar las fortalezas y talentos singulares del coachee. Reconocer aquello que brilla en su esencia: sus habilidades, los momentos de orgullo en su vida, su manera de conectar con el mundo y también su vulnerabilidad, que muchas veces esconde el tesoro más precioso de su autenticidad.
Lección 2. Tejiendo Conexiones
“Nunca presupongas lo que una persona necesita”, decía con firmeza. “Eso sería invasivo y una falta de respeto. Hay que preguntar y escuchar. ¿En qué contexto se moverá con ese vestido? ¿Qué quiere transmitir al llevarlo? ¿Qué desea que los demás perciban de ella? Pero lo más importante: ¿cómo quiere sentirse cuando lo lleve puesto?”
Coaching:
Las preguntas en el coaching no deben dirigirse únicamente al “qué se desea lograr”, sino que han de guiar al coachee hacia una reflexión más profunda. Es necesario explorar su contexto, sus anhelos, necesidades, riesgos y, sobre todo, cómo quiere sentirse en el proceso y al alcanzar sus objetivos.
Lección 3. Acompañar construyendo una relación segura
El tiempo dedicado a cada clienta debía ser de la más alta calidad y calidez. Mi madre sabía que invitar a alguien a desnudarse, física y emocionalmente, exige crear un ambiente de confianza absoluta. “Observar a estas mujeres como si fueran obras de arte es mi privilegio”, me confesaba. Y era cierto: miraba cada curva y cada detalle con una mezcla de humildad y admiración, enfocándose no solo en realzar la belleza, sino en comprender qué necesitaba ser sutilmente disimulado.
Coaching:
El Coach también debe crear un espacio de intimidad segura, donde el coachee pueda “ir llegando lentamente” y de forma completa. Es fundamental observar no solo lo que dice, sino cómo lo dice: su respiración, sus pausas, la tensión en su cuerpo, la luz en su mirada o los matices en su tono de piel. Todo esto nos habla de su estado interno y nos guía para acompañarlo desde una relación exenta de juicio o como mínimo consciente cuando aparece.
Lección 4. El disfrute de crear junto al otro
La pasión y el disfrute eran los pilares del trabajo de mi madre. Nunca la escuché quejarse de su trabajo. Al contrario, se activaba su entusiasmo para rediseñar, rehacer o incluir las propuestas de sus clientas, apreciándolas como valiosas aportaciones.
Coaching:
De igual modo, el Coach debe implicarse plenamente con el coachee, sabiendo que las soluciones ya están en él o ella. A menudo, nuestro papel es ayudar a desenredar los hilos emocionales o mentales para que el diseño de su futuro cobre claridad. Las personas no necesitan respuestas; necesitan espejos, metáforas y preguntas que amplíen sus perspectivas.
Lección 5. Rompe el molde
Mi madre afirmaba que ninguna prenda de alta costura debía comprometer la comodidad o limitar la expresividad de quien la vistiera. Cada diseño debía integrarse al cuerpo, adaptarse a sus movimientos y permitir que la persona se sintiera libre y auténtica.
Coaching:
De la misma forma, los objetivos definidos en un proceso de coaching deben alinearse con los valores y la esencia del coachee. Un objetivo forzado o desconectado genera
incomodidad e insatisfacción. El cambio genuino solo surge cuando se siente natural y sostenible.
Lección 6. Del caos a la creación
Una de las cualidades más brillantes de mi madre era su capacidad de encontrar soluciones inesperadas. Cuando una clienta presentaba una petición a última hora —incluso si el vestido ya estaba terminado—, ella siempre respondía: “Este tranquila, seguro que encontraremos cómo solucionarlo”. Y, efectivamente, lo hacía. Su creatividad y apertura lograban transformar una dificultad en una mejora, sorprendiendo y deleitando a sus clientas. Esta ha sido para mí una gran herencia.
Coaching:
En el coaching, la capacidad de adaptación es esencial. Los coachees a menudo llegan con dilemas complejos o plantean cambios en sus objetivos durante el proceso. El Coach debe adoptar una actitud flexible y creativa, ayudando a encontrar soluciones que no solo resuelvan el problema, sino que aporten valor inesperado y nuevo significado.
Lección 7. Coaching a medida para resultados a medida
“El diseño que fue un éxito con una clienta jamás lo será con otra, aunque a simple vista parezcan iguales”, solía advertir a las aprendizas. La alta costura no era cuestión de copiar, sino de personalizar.
Coaching:
Cada persona es única, y un enfoque que resultó efectivo con un coachee no necesariamente funcionará con otro. El Coach debe adaptar las herramientas, las preguntas y las estrategias a las singularidades de cada individuo. Así como en la alta costura, el éxito en el coaching radica en la capacidad de atender a la esencia irrepetible de cada persona.
Lección 8. La importancia de los acabados invisibles
Mi madre decía que la calidad de una prenda no se mide solo por lo que se ve por fuera, sino también por aquello que permanece oculto a simple vista. Las costuras deben ser impecables, los forros elegantes y los detalles minuciosamente cuidados, aunque nadie más los aprecie. “Lo que no se ve también es parte del arte”, repetía.
Coaching:
En un proceso de coaching, los cambios más significativos suelen ser aquellos que suceden de manera silenciosa, en el interior del coachee. Es importante trabajar no solo en lo que la persona quiere mostrar al mundo, sino en lo que sostiene su bienestar desde dentro: sus valores, creencias, emociones y pensamientos. El Coach acompaña al coachee a fortalecer esos “acabados invisibles” para que los resultados visibles sean sostenibles y coherentes con su esencia.
Lección 9. Las pruebas son esenciales para el ajuste perfecto
Esta era una de sus máximas, decía que por muy preciso que fuera el patrón o por muy hábilmente que se hubiera cortado y cosido una prenda, el resultado nunca estaría completo sin varias pruebas. “Es en las pruebas donde el diseño cobra vida”, decía. Era en esos momentos donde ajustaba detalles, corregía imperfecciones y aseguraba que el vestido no solo quedara bien, sino que se sintiera como una segunda piel para la clienta.
Coaching:
En el coaching, las “pruebas” son el equivalente a experimentar y ajustar acciones en el mundo real. Un plan o estrategia puede parecer perfecto en teoría, pero su verdadera validez se confirma al implementarlo. El Coach debe ayudar al coachee a diseñar pequeñas pruebas, explorar nuevas formas de actuar y reflexionar sobre los resultados. Es en este ensayo y error donde se afina el aprendizaje y se crea una evolución o cambio duradero.
Lección 10. La paciencia de trabajar puntada a puntada
Ella sostenía que la prisa era enemiga de la alta costura. Cada puntada tenía que hacerse con calma, asegurándose de que quedara firme, precisa y perfectamente integrada con el diseño. “Un vestido no se construye de golpe, sino puntada a puntada, con constancia y paciencia”, me recordaba.
Coaching:
El proceso de coaching también requiere paciencia y atención al detalle. Los grandes cambios no ocurren de un día para otro; se construyen poco a poco, paso a paso. El Coach debe ayudar al coachee a valorar los pequeños avances, celebrar los logros intermedios y entender que cada acción, por pequeña que parezca, es una “puntada” en el diseño de la vida que desea construir. La constancia es clave para alcanzar un cambio significativo y sostenible.
Lección 11. La elección de las “telas” define el resultado
Un buen diseño comienza con una elección impecable de los materiales decía. “No todas las telas sirven para todas las personas ni para todos los diseños. Algunas piden rigidez, otras fluidez; unas brillan en la luz, otras destacan en su sobriedad. Escoger la tela correcta es una decisión tan importante como el diseño en sí”.
Coaching:
En el coaching, las “telas” son las herramientas, enfoques y recursos que utilizamos. No todas las técnicas funcionan para todas las personas, ni todos los enfoques son adecuados para todos los momentos. El Coach debe ser capaz de discernir qué herramientas serán más útiles para cada coachee, adaptándose a su personalidad, contexto y necesidades. Elegir bien es lo que permite que el proceso fluya y que el resultado sea coherente con la esencia del coachee.
Lección 12. La perfección no está en la prenda, sino en quien la lleva
Mi madre siempre decía que un vestido perfecto no es aquel que simplemente luce impecable en el maniquí, sino aquel que cobra vida al adaptarse al cuerpo, los movimientos y la esencia de quien lo lleva. “No hacemos vestidos para admirarlos en un escaparate, los hacemos para que las mujeres se sientan ellas mismas, pero más poderosas, más hermosas, más auténticas”.
Coaching:
El coaching, como la alta costura, no busca crear ideales externos, sino ayudar a las personas a redescubrir y potenciar su propia esencia. El verdadero éxito de un proceso de coaching no está en el plan perfecto, sino en cómo el coachee se apropia de sus resultados, integrándolos con autenticidad y transformándolos en su mejor versión.
A modo de síntesis
El arte de mi madre, con sus hilos, patrones y tejidos, me enseñó que la verdadera transformación requiere paciencia, escucha y dedicación a los detalles. En el coaching, como en la alta costura, acompañamos a las personas a descubrir su singularidad, ajustar lo necesario y tejer un diseño único para sus vidas. Es un proceso íntimo y artesanal, donde el cambio no se impone, sino que se revela. Porque, al final, tanto en un vestido como en un proceso de coaching, la magia ocurre cuando lo invisible sustenta y embellece lo visible.
Este artículo es en pequeño homenaje a mi madre Vicenta Seguí Lloret a la cual agradezco su enorme amor, su dignidad, su entrega y el aprendizaje que me entrego en cada uno de sus actos. T’estimo molt mami.
Observación para el ámbito Directivo
Las personas directivas a menudo buscan la claridad de un resumen ejecutivo; me propongo tejer, con los hilos que me definen, una síntesis que capture y refleje mi esencia como coach.
“Mi enfoque se basa en una escucha profunda y respetuosa, una creatividad adaptativa y una estrategia centrada en el potencial de cada coachee, buscando siempre ofrecerles un acompañamiento útil y significativo. Acompaño a cada persona a superar barreras, descubrir sus capacidades y liderar con confianza, cocreando soluciones y/o alternativas que no solo generan resultados tangibles, sino que también reflejan su autenticidad y les permiten brillar en su desarrollo profesional cuidando a la vez el bienestar.
Cada proceso es único: un diseño personalizado donde lo visible se construye a partir de lo invisible, y donde la transformación emerge de manera orgánica, dando forma a una evolución auténtica y duradera.