El pasado 6 de octubre, como muchos sabéis, tuvo lugar el primer evento presencial que realizábamos desde antes de la pandemia, con el título: “Colaborar y Celebrar”.
Lo hicimos junto a nuestros colegas de profesión focus inside. Más allá de cómo resultó el evento (todo un éxito, como pueden corroborar los que participaron y/o nos han seguido por las redes sociales), quiero traer a este artículo la reflexión de una clienta y amiga, y que casualmente lo es de las dos e consultoras que nos juntábamos: “Ayer gran encuentro con la temática colaborar y celebrar. Predicando con el ejemplo, dos empresas que podrían considerarse competidoras, focus inside y Solo Consultores, se unen para compartir experiencias, hacer magia y celebrar con música. Sólo se puede decir GRACIAS!!”.
Este comentario escrito en LinkedIn me hizo volver a reflexionar sobre el hecho de que no siempre somos conscientes del impacto que tienen nuestras acciones en los demás.
Y llevándolo al terreno de las personas directivas, la pregunta cae por su propio peso: ¿Predicamos con el ejemplo? Bajándolo al tema que nos ocupa, tenemos un estilo motivador y de liderazgo basado en el colaborar y el celebrar?
Si tu respuesta es “no”, te invito a reflexionar sobre los beneficios que se derivarían de este modelo de acompañar a tus colaboradores…
Y si tu respuesta es “sí”, sabrás por experiencia que vale la pena abrirnos a la colaboración, desterrar los individualismos y reinos de taifas, y estrechar, en definitiva, los vínculos. ¿Y por qué? Pues porque en la organización todos tenemos un objetivo último común y, si lo entendemos así, desde la colaboración, nos lleva a trabajar con mayor satisfacción, refuerza el sentido de pertenencia y aumenta directamente el nivel de confianza interna. Y todo ello es un claro motivo de celebración pero, además, “celebrar”, en sí mismo, es un acto de reconocimiento, y no sólo a lo que ha salido bien, sino incluso a lo que habiendo salido peor de lo que esperábamos ha supuesto esfuerzo, sacrificio, ilusiones -tal vez rotas- y muchos aprendizajes. Celebrar es visibilizar a las personas que están comprometidas con la empresa, más allá o incluso al margen del resultado.
¿Por qué, entonces, y hablo por mí, me cuesta tanto, a veces, predicar con el ejemplo?
Posibles respuestas podrían tener que ver con creencias de que lo único que importan son los resultados, o con el miedo a perder el control sobre las cosas, o con la desconfianza… Y a veces, sencillamente, con el hacer las cosas sin pensar, siempre marcados por las prisas, sin darnos cuenta de que lo urgente no deja paso a lo importante…
Y mientras nos preocupamos de que los números salgan, olvidamos que colaborar y celebrar es la práctica que, más probablemente, nos lleve al resultado deseado y por un camino mucho más satisfactorio para todos.
¿Te animas a predicar con el ejemplo? Lo celebraremos contigo!