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El arte de escucharnos para poder cuidarnos

Escuchar nuestras partes internas

En nuestro día a día es fácil caer en la autocrítica: “trabajo demasiado”, “no soy constante”, “tendría que cuidarme más”. Nos juzgamos con dureza, buscando mejorar, pero muchas veces esa voz interna nos aleja del bienestar y la calma que tanto necesitamos.

Desde la Comunicación NoViolenta (CNV), este diálogo interno se convierte en una oportunidad para mirar más allá del juicio. Detrás de cada exigencia hay sentimientos y necesidades que intentan cuidar de algo valioso. Cuando somos capaces de identificar qué sentimos y qué necesitamos realmente, en lugar de castigarnos, empezamos a ofrecer comprensión y cuidado a todas nuestras partes internas.

Identificar sentimientos y necesidades: un punte hacia la coherencia.

Todas las personas convivimos con múltiples voces internas: la que quiere descansar y la que impulsa a seguir; la que busca reconocimiento y la que anhela calma; la que exige resultados y la que sueña con disfrute.
 La CNV nos enseña a escucharlas con empatía, sin rechazar ninguna.  porque cada voz representa necesidades legítimas.

Nombrar los sentimientos (frustración, tristeza, entusiasmo, orgullo…) y conectar con las necesidades (autocuidado, compromiso, valoración, descanso, contribución…) nos permite transformar el conflicto interno en claridad.
 Desde esa claridad, las estrategias y decisiones surgen con mayor equilibrio y coherencia con nuestros valores.

El poder transformador de la vulnerabilidad

Practicar la CNV implica atreverse a mirar hacia dentro, sin máscaras ni defensas.
 La vulnerabilidad no es debilidad: es un acto de valentía, de confianza y de autenticidad.
 Cuando reconocemos lo que sentimos, lo que tememos o lo que nos duele, abrimos la puerta a una conexión más profunda con nosotras mismas y con los demás.

Soy consciente de que a veces no es fácil  que, a menudo, hacerlo solo, ralla lo imposible. Pedir apoyo, manifestar un “necesito ayuda con ésto” requiere de mucho coraje. Cuando una persona o un equipo me permiten acompañarles en estos procesos de autoconocimiento, no puedo más que sentir admiración respeto y gratitud, porque cada vez que alguien se atreve a mostrarse con honestidad y vulnerabilidad, se abre un espacio a la conexión y a la humanidad compartida.

En los cursos y espacios de acompañamiento que facilitamos en Solorelatio, observamos cómo ese gesto de apertura transforma la energía de un grupo. Cuando alguien se permite mostrarse tal cual es, emerge algo esencial: respeto, empatía y sentido grupal.
 La vulnerabilidad genera humanidad. Nos recuerda que no estamos solos, que todos atravesamos luchas parecidas y que en esa honestidad reside la verdadera fortaleza.

Conectar para cuidarnos

Reconocer nuestras necesidades, darles espacio y sostenerlas con amabilidad nos ayuda a reconciliarnos con todas nuestras partes internas y a construir relaciones más auténticas, tanto en el ámbito personal como profesional.

 La CNV no es solo una herramienta de comunicación: es una práctica de vida que nos enseña a vivir en coherencia con lo que más nos importa. Cuidar de nosotras mismas y cuidar de los demás no son caminos opuestos, sino expresiones de una misma intención: vivir desde la conexión, la integridad y la conciencia.

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