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«La cabra no siempre tira al monte: Liderar para transformar patrones»

En una sesión con managers en la que trabajábamos el feedback a los colaboradores, uno de ellos comentó: «Al final, la cabra siempre tira al monte». Esta frase me hizo reflexionar sobre cómo, muchas veces, asumimos que las personas están destinadas a repetir los mismos errores o patrones de comportamiento. Sin embargo, ¿y si en lugar de resignarnos, transformamos nuestra forma de liderar para cambiar esa narrativa?

La expresión «la cabra tira al monte» alude a la inclinación natural de las personas a regresar a comportamientos conocidos, incluso si no son los más beneficiosos. Sin embargo, los líderes tienen la oportunidad —y la responsabilidad— de construir entornos donde esa tendencia se desafíe a través de una cultura de feedback constructivo, apoyo constante y tolerancia al error.

Un líder efectivo no puede permitirse pensar que los errores son inevitables y permanentes. Su rol no es simplemente señalar fallos, sino allanar el camino hacia el desarrollo.

El feedback es una de las herramientas de gestión de personas más poderosas

El feedback, cuando se utiliza correctamente, es una de las herramientas más poderosas para lograrlo. Un comentario específico, respetuoso y orientado al crecimiento puede convertirse en el punto de inflexión para que un colaborador vea posibilidades donde antes solo había limitaciones. El feedback no refuerza la idea de que “así somos y no podemos cambiar”; al contrario, abre puertas a nuevas formas de pensar y actuar.

Pero el feedback solo es efectivo si viene acompañado de apoyo. Los líderes que están presentes para guiar a su equipo demuestran que creen en su potencial. Ese respaldo emocional y profesional genera confianza, inspira a salir de la zona de confort y evita que las personas caigan en el círculo vicioso de patrones repetitivos. Saber que alguien confía en nosotros, incluso en los momentos difíciles, puede ser el impulso necesario para superar cualquier dificultad o desafío.

Por último, normalizar la tolerancia al error es clave. Los errores no son sinónimo de fracaso; son un paso esencial en el camino hacia el aprendizaje y la mejora continua. Un líder que entiende esto envía un mensaje claro: equivocarse es parte del proceso, De esta forma, se fomenta un entorno donde las personas se sienten libres para probar, aprender y crecer sin temor al juicio.

Un liderazgo que combina feedback, seguimiento y tolerancia al error tiene el poder de demostrar que la cabra no siempre tiene que tirar al monte. Cuando las condiciones son las adecuadas, las personas pueden romper con viejos patrones, aprender de sus experiencias y lograr resultados extraordinarios.

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