Definimos la vinculación como ese intangible que facilita una auténtica relación a largo plazo entre la persona y su empresa/equipo/departamento/división.
Así, podemos establecer 4 niveles de vinculación, de más leve a más profunda:
- Instrumental: Vinculación gracias a cuestiones que tienen que ver con la conveniencia. Actúan muy a corto plazo y generan un nivel de vinculación muy volátil. Por ejemplo: la compensación económica. ¿Es necesaria? Evidentemente sí. ¿Es suficiente para generar vinculación a largo plazo? ¡No!
- Racional: Vinculación basada en la capacidad de hacer entender los porqués, evaluando racionalmente pros y contras de las diferentes opciones existentes. Por ejemplo: optar por una opción estratégica vs otra.
- Experiencial: Basada en la sensación positiva de pertenecer al círculo de influencia de esa empresa, departamento o persona. En ese nivel se despierta la sensación positiva y el orgullo de pertenecer al grupo.
- Esencial: El nivel más profundo. Si se comparten las creencias, los valores y los pilares fundamentales esenciales sobre algo, la vinculación es casi indestructible.
Hemos explicado los 4 niveles en base a la pertenencia a una empresa. Pero llevemos el mismo análisis en primera persona a alguien que (sin ascendencia jerárquica) debe gestionar un grupo de proyecto en una empresa y mantenerlo comprometido, activo y vinculado.
- Instrumental: Te recompenso por participar.
- Racional: Te explico por qué te conviene participar en este proyecto más que en otro.
- Experiencial: Te hago sentir bien participando.
- Esencial: Compartes conmigo la razón última de existir del proyecto.
Los 4 niveles, decíamos, no son incrementales. No funciona como la Pirámide de Maslow. Probablemente haya que EMPEZAR por el instrumental, pero si nos quedamos ahí nos estamos conformando con un nivel incipiente de vinculación. El reto está en saber cuál de los 4 niveles es el más relevante para cada persona y construir así un esquema de vinculación sólido.
Vale la pena decir que hay un nivel por debajo del mínimo al que ni siquiera consideraremos en este análisis, y es el REBAÑO. Un REBAÑO es una serie de personas juntas que comparten sólo un espacio y algunas características, pero nada más. Sin duda conocemos supuestos grupos, y equipos que en realidad no son más que REBAÑOS. No existe ninguna vinculación real más allá de que «todos son X» (p.ej.: comerciales, financieros,…) o «todos están en Y» (p.ej.: en la planta 5)..
Un GRUPO, en cambio, está cohesionado por cuestiones básicamente instrumentales, como por ejemplo unos objetivos comunes. Las personas necesitamos objetivos para motivarnos y dirigir nuestros esfuerzos y nuestras vidas. Personas juntas, con características comunes y con objetivos coincidentes constituyen un GRUPO. No es un mal pegamento, pero podemos ir mucho más allá en términos de cohesión y vinculación.
Cuando el GRUPO pasa a compartir una estrategia se convierte en EQUIPO. Compartir estrategia implica adoptar visión de largo plazo, lo cual implica que hay un plan de futuro conjunto. La estrategia corresponde al nivel racional de vinculación ya que se construye básicamente desde la razón, evaluando pros y contras de diferentes escenarios futuros posibles, con datos y experiencias pasadas en la mano para minimizar riesgos. Los objetivos que unían al GRUPO quedan considerados dentro de la estrategia, por ello un EQUIPO es la superación de un GRUPO, dado que lo que se comparte tiene mayor calado.
Un EQUIPO sube un escalón cuando entra en lo Experiencial y se convierte en COMUNIDAD. Una COMUNIDAD genera orgullo de pertenencia. Objetivos y estrategias deben formar parte del nexo que une a los miembros de una COMUNIDAD, pero lo que de verdad les vincula es esa sensación, esa experiencia, de formar parte de algo que va más allá de lo racional.
Y llegamos a la cúspide. Decíamos que la influencia basada en cuestiones Esenciales es la más poderosa. Pues bien, cuando lo que une a unos individuos, además de un espacio común, características, unos objetivos, unas estrategias y un orgullo, es una cultura, estamos hablando de una TRIBU. Una cultura es esencial: está compuesta por valores, pilares, principios y creencias fundamentales e irrenunciables. Nadie puede hacer nada que vaya contra estas cuestiones de manera sostenida, ya que se colapsaría.
La TRIBU se auto-repara, las disfunciones se abordan y se gestionan de manera prácticamente espontánea, ya que los mecanismos creados (y sólidamente fundamentados en esos principios, creencias, etc…) garantizan un funcionamiento eficiente. La TRIBU está muy por encima del líder, ya que pervivirá gracias a este funcionamiento espontáneo, no a la personalidad de nadie. El líder es un “simple” influenciador, que desde la sombra vela por esa harmonía
Cuando se comparte lo esencial, el pegamento es permanente. Se han logrado unos vínculos casi indestructibles. Por lo menos indestructibles ante ataques sólo instrumentales o sólo racionales.
El lenguaje es un buen aclarador de estos conceptos. Uno “está” o “trabaja” en una empresa, pero “pertenece” a un club de fans de un artista o, simplemente, “es” de un club deportivo. “Estar” y “trabajar” nos llevan al mundo instrumental, mientras que “pertenecer” y “ser” nos conducen hacia la experiencia y la esencia, hacia la COMUNIDAD y la TRIBU.
Pongamos ejemplos:
- ¿Cuál es el pegamento que une a una “colla castellera” (castillos humanos)? Pocos factores instrumentales o racionales hay ahí: nadie cobra, hay que desplazarse tal vez desde pueblos cercanos y hay que entrenar y ensayar, entrenamientos y ensayos que no siempre son lo más divertido del mundo. Los miembros de una “colla” están vinculados por cuestiones basadas en la experiencia y en la esencia, les une un orgullo y probablemente también algo muy parecido a una cultura. ¿Se trata de un grupo, un equipo, una comunidad o una tribu?
- ¿“Estamos” en un grupo de trabajo transversal en nuestra empresa?, ¿“pertenecemos” a él?, o bien ¿”somos” del grupo X”?. Cuanto más fuerte sea el cemento, más indestructible es la pared.
Este trayecto de Rebaño a Tribu se corresponde también con unas dosis incrementales de los conceptos que responden al acrónimo AVEC: Aceptación, Vulnerabilidad, Esperanza y Comprensión. En una Tribu se da la Aceptación del otro como principio fundamental, se permite mostrar la Vulnerabilidad ante los demás, se construye el vínculo tribal en base a una Esperanza de un futuro prometedor y finalmente ese vínculo permite a las personas Comprender mejor su entorno.
Preguntémonos pues: ¿qué hemos construido en nuestras empresas? ¿Rebaños, Grupos, Equipos, Comunidades o Tribus?
Autor: Xavier Santigosa